DÍA DE CAMPO: El futuro de la restauración se escribe en colectivo

10 abril, 2025

Experiencia, ciencia aplicada y colaboración estratégica. Con esos pilares, el Día de Campo de Teknoflora no sólo cumplió su promesa, sino que propuso un modelo de integración entre disciplinas, para vincular conocimientos que transformen el diálogo técnico en una hoja de ruta compartida que ya empezó a trazar nuevas líneas de acción.  

Abrir las puertas del vivero el pasado 9 de abril no fue una decisión simbólica. Fue una invitación concreta al diálogo honesto y técnico, con quienes hoy lideran proyectos de impacto ambiental, grandes desarrollos públicos y paisajismo sostenible. 

Y aunque Teknoflora fue el anfitrión visible, la experiencia, el conocimiento técnico y la trayectoria productiva de Teknoriego fueron el cimiento que hizo posible este encuentro. Porque el vivero nace de su historia, de un trabajo de más de 20 años en restauración ambiental, produciendo plantas nativas en diversas zonas de Chile, especialmente en el Altiplano. Muchas de ellas en Estado Vulnerable o En Peligro de Extinción. 

Un punto de partida 

La convocatoria no sólo tuvo como fin dar a conocer los procesos productivos del vivero. Buscó compartir una visión: restaurar ecosistemas implica, al mismo tiempo, fortalecer y tejer nuevos vínculos. Entre profesionales. Entre saberes. Entre quienes piensan y quienes hacen. 

Durante la jornada, cerca de 40 actores clave del medioambiente y la sostenibilidad, escucharon las exposiciones de la destacada Doctora en Ecología, Cynammon Dobbs, y  vivieron una experiencia directa en terreno. Recorrieron estaciones técnicas sobre semillas, sustratos, riego y producción; dialogaron con especialistas, compartieron inquietudes y reflexionaron sobre los desafíos actuales en sostenibilidad. Pero hubo algo aún más valioso que observar procesos: fueron testigos de un modelo de trabajo transparente, riguroso y profundamente colaborativo

Felipe Reinoso, gerente de proyectos de Teknoflora, complementa: “El Día de Campo fue una instancia que nos desafió a abrir a nuestros clientes los procesos productivos que hemos desarrollado en Teknoriego hace más de 20 años; y también compartir conocimiento y visiones sobre restauración ecológica con actores diversos. La respuesta que recibimos confirmó que hay una demanda real por soluciones que se basen en respaldo técnico sólido, pero también con humanidad y coherencia para proyectar el futuro. Para nosotros, este encuentro, marca el inicio de una etapa distinta, con un objetivo claro de más colaboración; más visible, y con potenciales enormes para construir alianzas que den respuesta a desafíos ambientales cada vez más complejos.” 

Vínculos, cooperación y futuro 

El evento logró participación activa, aprendizaje cruzado entre profesionales de múltiples disciplinas y una validación espontánea del conocimiento compartido. Las conversaciones que comenzaron en las estaciones técnicas siguieron durante toda la jornada, con propuestas concretas de colaboración y nuevos proyectos en desarrollo. Se logró articular un intercambio real  y también evidenciar la necesidad urgente  de respuestas colaborativas, técnicamente fundamentadas, con visión de largo plazo en los desafíos ambientales que el mundo enfrenta. 

“El Día de Campo fue un valioso aprendizaje. Reunir en un sólo lugar a distintas especialidades que intervienen en un proyecto de paisajismo – semillas, sustratos, riego y producción – permitió comprender mejor los procesos y cómo aplicarlos adecuadamente. Conocer de cerca la experiencia de Teknoflora nos ayuda a entender la trazabilidad de las plantas y asegurar una buena implementación futura. Además, destaco la generosidad en la entrega de información y lo enriquecedor que fue compartir con otros profesionales motivados por los mismos desafíos.” – Magdalena Pérez de Arce, ecóloga paisajista y fundadora de Mutisia design y MPdA arquitectura y paisajismo. 

El testimonio de la experta, sintetiza uno de los propósitos más significativos del encuentro: descomponer la cadena productiva de un vivero técnico junto a otros actores, con una visión más integrada, rigurosa y colaborativa. Comprender el porqué de cada etapa, desde la semilla hasta la planta lista para ser parte de un ecosistema funcional. 

Desde el ámbito forestal, Claudia Delard, investigadora del INFOR, resaltó la importancia de conocer el origen genético de cada ejemplar y el valor de contar con protocolos que respalden la adaptabilidad de las especies. “Me sorprendió gratamente el nivel de organización del vivero y el profesionalismo en cada etapa del proceso productivo. La trazabilidad es clave en el área forestal. Conocer el origen genético de las plantas no sólo asegura su adaptabilidad, sino que resulta fundamental para el éxito de futuras repoblaciones y restauraciones con base científica. Es muy valioso encontrar ese enfoque en un vivero.” 

Rubén Palma, Subdirector regional de investigación y desarrollo del INIA, valoró la convergencia entre rigor técnico y aplicación concreta. Identificó en Teknoflora una práctica que responde a una urgencia compartida por múltiples sectores. «Fue una gran oportunidad para conocer el trabajo del vivero y a otros actores del mundo público y privado que impulsan acciones concretas en conservación y restauración. En este ámbito, uno de los desafíos clave es asegurar que las intervenciones no sólo cumplan con restaurar o compensar el daño ambiental, sino que lo hagan con rigor técnico, resguardando las poblaciones de origen y la diversidad genética de las especies involucradas. Me sorprendí muy gratamente que apliquen protocolos desarrollados por el INIA en los procesos de trazabilidad.» 

Magdalena Valdés, fundadora de Bosko, agrega: Lo que más valoro, es constatar la seriedad con la que trabaja Teknoflora y la claridad técnica con la que abordan cada desafío. Fue una instancia muy completa: conocimos al equipo, sus áreas de especialización, y pudimos dialogar con profesionales altamente capacitados. Es un vivero que trabaja con rigor, hace las cosas bien, está respaldado por un equipo experto y preparado para dar respuestas concretas a los requerimientos del desarrollo vegetal”. 

Activar el cambio: El conocimiento no se guarda, se comparte 

El Día de Campo marcó el inicio de una nueva etapa para Teknoflora y Teknoriego. Uno que reconoce que los desafíos ambientales no pueden abordarse de manera aislada ni con soluciones genéricas. Se requiere articulación entre disciplinas, claridad metodológica y voluntad de colaborar sin reservas. 

Se pusieron en movimiento nuevas conversaciones, proyectos incipientes y vínculos estratégicos. Pero sobre todo, quedó instalada una certeza: cuando el conocimiento técnico se comparte con generosidad, y se cruza con experiencia, voluntad y visión común, lo que germina no son sólo alianzas. Porque restaurar no es sólo intervenir un espacio; es preguntarse cómo, con quiénes y con qué nivel de conciencia y responsabilidad se hace. 

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